lunes, 10 de agosto de 2009

Género gore.


Sin lugar a dudas nos estamos iniciando en el género gore (sangre en castellano) o denominado con el vocablo splatter. Las películas de esta corriente se centran en lo visceral y la violencia gráfica; intentando demostrar la vulnerabilidad del cuerpo humano (de todas las maneras habidas y por haber) y teatralizando su mutilación. Este tipo de películas puede dañar la sensibilidad del espectador, aunque es aún un tabú que en nuestra sociedad se mira con cierta reticencia. Aun así, poco a poco se van viendo en producciones de Hollywood: en EEUU, el gore está ya totalmente instaurado. Quentin Tarantino -Reservoir Dogs (1991); Pulp Fiction (1993) no es solo uno de los directores más reconocidos, sino que se permite apoyar a otros directores amantes del gore como Robert Rodríguez. Y hasta directores como Kenneth Brannagh o Steven Spielberg hacen uso (y abuso) del gore en films como Frankenstein, de Mary Shelley (1994) o Salvad al Soldado Ryan (1998).
Lo más curioso de todo esto es que hay algo más profundo en el gore, algo de crítica social, un mensaje que se esconde en sus sangrientas y viscerales líneas. Por supuesto, algunas películas han usado esta corriente para llamar la atención, hacer películas únicamente desagradables con el fin de impactar y quedar en el recuerdo, o simplemente han fusionado estos ámbitos con la comedia (Bad Taste, por ejemplo)

La película precursora de este género es Blood Feast (1963) que fue todo un éxito; lo repitieron en varias ocasiones con :
2000 Maníacos (1964) o Color Me Blood Red (1965), de los directores/productores: David F. Friedman y Herschell Gordon Lewis. Aunque ya anteriormente se había visto pequeños destellos de este género, censurado, pero plasmado en menor medida que actualmente en la película: "Intolerancia" (1916) de D. W. Griffith (presenta dos decapitaciones y un soldado es atravesado por una lanza)

La verdadera pregunta es si realmente el género gore se le puede considerar arte, ya que, aunque deleita tímidamente con sus recursos artísticos y efectos especiales, su nivel de desagrado puede enmascarar estas pequeñas virtudes. Y como consecuencia, el cine gore sufrió una censura de casi cincuenta años mediante el famoso y restrictivo Código Hays. Realmente este arte, considerado por algunos como pura morbosidad, es algo que tiene qué decir, pero no es apto para todos los estómagos y eso se nota.

Con Blood an Feast empezó a dañar esa baquelita que tanto constreñia a este cine. Recaudó unos siete millones de euros y se mantuvó en varios autocines al sur de Estados Unidos. Se empezó a mostrar en grandes producciones en la pantalla (más como violencia gráfica) como en Bonnie and Clyde (1967), pero se siguió viendo como un tabú en Hollywood.
Sin embargo la película que abrió el cepo de la censura fue: "La noche de los Muertos Vivientes (1968 de George A. Romero)". Y aunque recibió una crítica "pésima", más tarde se reconoció su valía y es considerada como una de las diez mejores películas de 1968.

Y cómo olvidar las grandes películas de Peter Jackson como "Braindead" o "BadTaste". Tampoco podemos olvidar a Sam Raimi con la película que le dio la fama: "Evil Dead" compuesta de una trilogía, aunque se habla de una posible cuarta entrega. De estas películas se compuso un nuevo vocablo denomidado "splatstick", cuyo significado es "gore cómico".

En definitiva, seguiremos buceando por estos mares de sangre y terror para iros trayendo más cositas frescas y sangrientas.




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